1.1 INTRODUCCIÓN
Se decía anteriormente que las tensiones sociales y la gestión de recursos modificarán, de una manera o de otra, el trato que da la sociedad a las personas mayores. De hecho, durante toda la historia el trato que la sociedad ha dado a las personas mayores ha estado sujeto a la disponibilidad de recursos económicos y personales. A lo largo de los siglos el cuidado y respeto hacia las personas mayores ha sido muy desigual en función de las necesidades de la propia sociedad y esto se ha visto reflejado en los cuidados, en la propia cultura de los pueblos y en su legado histórico.
En general podemos decir que no hay demasiada documentación referente a los ancianos hasta el siglo XVII, donde comienzan a aparecer en textos épicos o en los primeros manuales de medicina. Hasta ese momento las referencias a la vejez eran escasas por dos motivos: el primero, porque apenas había personas que llegaran a la vejez; y el segundo, porque las etapas vitales no se dividían como lo hacemos hoy, existían solamente dos, la niñez y la edad laboral que finalizaba con la muerte y, por lo tanto, no existía la etapa de la vejez ni la jubilación.
A continuación, se desarrollan a grandes rasgos el comportamiento de las distintas civilizaciones hacia las personas mayores.
1.2 PREHISTORIA
Las primeras poblaciones primitivas se organizaban en tribus. La tribu era el núcleo importante para todas las actividades y, en este contexto, la consideración que tenían hacia las personas mayores dependía de las necesidades de la propia tribu. Así, cuando había una época de bonanza donde el alimento era abundante, el refugio era seguro y no había enemigos, las personas mayores tenían buena consideración. En esta época, un individuo era mayor cuando superaba los 30 años. Estas personas mayores habían superado todas las adversidades para alcanzar esa edad y por eso se les consideraba seres mágicos, se les suponía un poder sobrenatural que les permitía sobrevivir al resto de humanos. Era habitual que las personas mayores ostentasen el puesto de jefe de la tribu por sus conocimientos vitales, además la trasmisión oral del conocimiento hacía que los mayores fueran los que más información atesoraban. Debido a su prestigio sobrenatural, los mayores también ejercían de chamán, hechicero y curandero, lo que les confería más respeto aún de sus convivientes.
Para los mayores no todo era prestigio en la prehistoria, como se ha comentado antes, este respeto variaba mucho en función de las necesidades de la tribu. Por eso, cuando la situación empeoraba debido a la falta de alimentos o catástrofes meteorológicas, los ancianos se veían obligados a dejar la tribu. Dependiendo del contexto cultural de cada tribu se “deshacían” de los mayores de una forma u otra, por ejemplo, en los pueblos esquimales se les pedía a los ancianos que se tumbasen en la nieve a esperar la muerte. Por otro lado, algunos pueblos de la zona siberiana acordaban el suicidio de las personas que ya no eran capaces de cazar o caminar largos trayectos. Por su parte, los mongoles asesinaban a las personas mayores dependientes y los bosquimanos del sur de África construían una choza y dejaban al mayor abandonado a su suerte con un poco de alimento y agua.
En la prehistoria, si le iba bien a la tribu les iba bien a los mayores, pero cuando las penurias azotaban a las tribus los mayores eran los primeros perjudicados siendo condenados por su improductividad derivada de la edad.
1.3 TEXTOS BÍBLICOS
En la Biblia se hace mención a las personas mayores, especialmente en el Antiguo Testamento donde se habla extensamente del pueblo judío. Dentro de la cultura judía se profesaba un respeto máximo a las personas mayores ya que se las consideraba depositarias del conocimiento y por ello eran tomados como consejeros. La vejez se consideraba de una forma positiva y como sinónimo de grandeza, por ello los mayores ocupaban puestos de gran relevancia social y política.
En varios pasajes de la Biblia pueden encontrarse referencias, no siempre positivas, hacia las personas mayores, pero su doctrina trata de perpetuar ese respeto. Por ejemplo, uno de los 10 mandamientos dice: “honrarás a tu padre y a tu madre” donde se castigaría el maltrato a los padres, o en pasajes como el narrado en el Levítico cuando Dios entregó a Moisés las normas por las que tenía que regirse Israel y le dijo de manera taxativa: “Delante de las canas te pondrás en pie; honrarás al anciano, y a tu Dios temerás; yo el Señor”.
1.4 GRECIA
El imperio griego fue duradero y extenso. Su cultura ha legado tradiciones y valores que llegan hasta nuestros días. Por todo ello, se hace difícil resumir el trato que dieron los griegos a los mayores porque los distintos cambios sociopolíticos de la época hicieron que la consideración hacia los ancianos se fuera modificando también. Se puede decir que, en general, los griegos veneraban la belleza y la fuerza, así que sus referentes eran los héroes jóvenes y fuertes a los que dedicaban sus alabanzas. Los ancianos quedaban como objeto de burla en los textos y en las comedias teatrales haciendo mofa de su deterioro físico o cognitivo. Sólo eran respetados los mayores que habían sido verdaderos héroes en su juventud, pero esto no era así para el resto de la población. De hecho, en la propia mitología griega se dice que los Dioses son jóvenes y que cuando estos envejecen son destronados del Olimpo.
Por agrupar los distintos momentos se puede decir que en Grecia se distinguen fundamentalmente dos escuelas de pensamiento respecto a los mayores: la escuela de Platón y la escuela de Aristóteles.
Platón tiene una visión respetuosa sobre la trayectoria de las personas mayores. Él piensa que en la vejez es donde las personas alcanzan la máxima prudencia, discreción, sagacidad y juicio. Además, cree que aportan a la sociedad funciones de gran divinidad y responsabilidad, directivas, administrativas y del ámbito jurídico. Uno de sus pensamientos, que más se acercan al pensamiento actual, es que el tipo de vejez es consecuencia de la forma de vida que se ha tenido y por eso resalta la importancia de prevenir la enfermedad y evitar hábitos insanos.
En cuanto al pensamiento de Aristóteles, podemos destacar que su imagen de las personas mayores es muy negativa y cree que no puede haber compasión hacia ellos porque eso denotaría la debilidad de la sociedad. Aristóteles habla de la “senectud” como cuarta etapa de la vida y la equipara con el deterioro y la ruina. En sus escritos refleja que las personas mayores son desconfiadas, inconstantes, egoístas y cínicas, para él son malévolas y llega a definir la vejez como una enfermedad.
A pesar de que los pensamientos Platónicos y Aristotélicos fueron replanteados y discutidos por distintos autores a lo largo de la historia, estas escuelas fueron el origen de muchos mitos y estereotipos sobre la vejez que han perdurado hasta el día de hoy.
Entre los ilustres griegos merece mención especial Hipócrates, que hizo una primera aproximación al fenómeno del envejecimiento con su teoría de los humores. Aunque su teoría no es válida, sí que estableció unos primeros rasgos del envejecimiento fisiológico como fueron su universalidad e irreversibilidad.
En este mismo periodo, en pueblos vecinos de Grecia como Esparta, los mayores fueron venerados de forma incondicional. Es más, en Esparta reinaba la gerontocracia donde el poder residía en la Gerusía: un órgano de gobierno compuesto por 28 personas mayores de 60 años.
1.5 ROMA
Al igual que ocurre con el griego, el Imperio Romano fue tan extenso y duradero que es imposible recoger las distintas sensibilidades que hubo respecto a las personas mayores. Cabe destacar la figura del “pater familias” que era una persona que ostentaba todo el poder decisorio y autoridad sobre todos los miembros de la familia, era el jefe absoluto del núcleo familiar y figura de referencia para el estado. El “pater familias” era siempre varón y muchas veces el mayor de la familia. Evidentemente, había también diferencia en la consideración de los más mayores en función de si eran patricios, plebeyos o esclavos, estando éstos últimos también bajo la autoridad del “pater familias”
En el primer periodo romano la gerontocracia era, al igual que en Esparta, la forma de organización gubernamental. El senado estuvo regido por personas mayores hasta el siglo I, de hecho, la palabra “senado” se refería a un consejo de sabios ya que etimológicamente emana de la palabra latina “senex”, que significa anciano.
Si bien es cierto que a partir del siglo I los mayores pierden su sitio en el senado y van disminuyendo su influencia administrativa, no es menos cierto que algunos emperadores seguirán siendo hombres de elevada edad con gran valía tanto en conocimientos militares como organizativos. Así, podemos nombrar a Tiberio que gobernaba a los setenta y siete años; Claudio con setenta y cuatro; Adriano, sesenta y dos o Trajano con sesenta y cuatro. Además, algunos emperadores más jóvenes e inexpertos contaban con asesores de edad, como fue el caso de Nerón que tuvo como consejero a Séneca.
Como en el resto de sociedades, en Roma también se tendió a ir perdiendo el respeto a los mayores, y más aún cuando el Imperio se debilitaba. En la literatura se percibe este desprecio que hace especial inquina contra el “pater familias”. Se describe a los mayores como libertinos, adúlteros y depravados. En sus escritos Juvenal dice que “todos los viejos son iguales: les tiembla la voz, están calvos, decrépitos, feos, no tienen más que encías sin dientes” y añade que “envejecer es ver morir a los seres queridos, es estar condenados al duelo y a la tristeza”. Si esta era la visión sobre los ancianos hombres, más dura era la percepción que se tenía sobre la mujer mayor. En Roma, el cuerpo femenino joven siempre ha sido emblema de belleza y admiración en el arte y la literatura romana, mientras que el cuerpo de la mujer vieja se convierte en símbolo de fealdad absoluta, y las mujeres mayores que intentaban seguir siendo atractivas se convertían en objeto de mofa. Además, la mujer vieja enamorada estará condenada al desprecio y al abandono.
Como excepción a la literatura que desprecia a los mayores está la obra de Cicerón “De Senectute” donde comparte diálogo con su amigo Catón el Viejo de 84 años de edad. En esta obra se admira a las personas mayores y se pretende tirar algunos mitos que rodean a los mayores como que no son productivos, que carecen de fuerza o que no pueden disfrutar de los placeres de la vida. Además, Cicerón argumenta que la muerte en la vejez es un proceso más normal y que por ello es menos lesivo para los mayores. Cabe decir que Cicerón era una persona acomodada y que gozaba de una vida que la mayoría de romanos no podía ni siquiera soñar, por lo que su visión de la vejez está muy sesgada por su itinerario vital.
1.6 EDAD MEDIA
La Edad Media es el periodo comprendido entre la caída del Imperio Romano en el siglo V y el descubrimiento de América en el Siglo XV. En estos mil años hubo infinidad de cambios políticos, sociales y culturales. Respecto al trato hacia las personas mayores es reseñable la época del Feudalismo. En este sistema político el poder lo ejercía el Rey y en una escala inferior la aristocracia, siendo el resto de ciudadanos campesinos bajo el mando del señor feudal. En esta coyuntura las personas mayores no eran aptas para el trabajo en el campo por lo que eran abandonados y condenados a la mendicidad y a residir en hospicios, especialmente en las épocas de hambruna. Los únicos mayores que gozaban de respeto eran los señores feudales, aunque muchas veces se veían obligados a ceder sus tierras a sus descendientes y se veían obligados a malvivir.
1.7 SIGLOS XVI AL XIX
Aunque el pueblo llano sigue sufriendo destinos similares al del feudalismo, más burgueses llegan a mayores con sus tierras y riquezas. Con el fin del feudalismo no se acaba con la discriminación de las personas mayores, tanto es así que en la Revolución Industrial se acentúa esta improductividad de los mayores. Sin embargo, la sociedad empieza a tomar conciencia sobre la situación de las personas de edad avanzada y comienza a proliferar la beneficencia para dar un trato más digno a los mayores que se han visto expulsados por la misma sociedad.
1.8 SIGLO XX
La principal característica del pasado siglo en cuanto a población se refiere, es el aumento significativo de la población en todo el mundo, siendo más destacada en los países desarrollados. Si bien el aumento ha sido progresivo, hubo un aumento súbito tras el final de la Segunda Guerra Mundial (1945) y haciéndose muy evidente a partir de la mitad de la década de los 50, lo que se conoce hoy en día como la “generación del baby boom”.
Son muchos los factores que han conseguido aumentar la esperanza de vida durante el siglo XX y, con ello, el número de habitantes:
- Mejora de los sistemas sanitarios y su accesibilidad
- Menor mortalidad materno-infantil
- Aumento y mejora de las vacunas disponibles
- Políticas de salud pública
- Educación para la salud
- Fomento de hábitos saludables
El hecho de que las personas vivan muchos más años hace que la atención a las condiciones de vida de las personas mayores cobre una importancia capital en los ámbitos sanitarios, sociales y culturales. Las personas viven más tiempo, pero con ello van aumentando las enfermedades crónicas, las enfermedades degenerativas y las patologías mentales, suponiendo todo ello grandes tensiones en el sistema socio-sanitario que se verá agravado en el siglo XXI.
Desde el inicio del siglo XX la atención a los mayores comienza a aparecer en las distintas esferas intelectuales. Así, en 1908 el microbiólogo e investigador Elie Metchnikoff acuñó el término Gerontología derivado de las palabras griegas geros (viejo) y logos (estudio). Además, creó su propia teoría del envejecimiento e investigó los factores intrínsecos y extrínsecos para explicar el fenómeno del envejecimiento. Actualmente la gerontología es considerada la ciencia que estudia el envejecimiento de los seres vivos. Incluye la visión clínica, experimental y social.
El término geriatría aparece por primera vez en los textos científicos de la mano del médico Ignatz Leo Nascher. En un artículo publicado en la revista New York Medical Journal en 1909, Nacher dice “la geriatría, de geros (viejo) y iatrikos (relacionado con la medicina), es un término que sugiero que se añada a nuestro vocabulario para referirse al ámbito de las personas mayores de la misma manera que utilizamos la pediatría para hacer referencia al ámbito de los niños, para enfatizar así la necesidad de considerar la senilidad y sus enfermedades de una forma independiente de la madurez y asignarle una parcela propia en la medicina”.
Hoy en día, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología define la geriatría como “la rama de la Medicina dedicada a los aspectos preventivos, clínicos, terapéuticos y sociales de las enfermedades en los ancianos”. Sin embargo, el término geriatría ya había tomado gran relevancia en la década de 1940 gracias a la médico Marjorie Warren. Cuando la británica Warren comenzó a trabajar en el hospital West Middlesex se dio cuenta de que los pacientes mayores tenían sus propias características y que si se les trataba de manera concreta se reducían los efectos adversos la hospitalización, además hizo hincapié en la importancia de la rehabilitación y la resocialización de los mayores. Warren dividió a sus pacientes en varios grupos para ofrecerles una atención con una aproximación específica: pacientes crónicos no encamados; pacientes crónicos encamados; pacientes seniles confusos y quietos, pero no ruidosos y que no molestan a otros enfermos; y el paciente senil demente que necesita estar segregado de otros enfermos. A pesar de ser criticada por el resto de médicos y de ser tratada como una médico de segunda por dedicarse a este tipo de pacientes, Marjorie Warren siguió con su carrera convirtiéndose en la primera geriatra y abriendo camino para el estudio de la geriatría. Warren, además, pensaba que el conocimiento de la geriatría no solo era importante para los médicos, sino que luchó porque se introdujera también dentro de los estudios de enfermería.
Para finalizar con el siglo XX se hace necesario mencionar algunos momentos destacables en el movimiento académico y asociativo:
- 1945: Se crea la Gerontological Society, es la primera sociedad gerontológica del mundo (EEUU)
- 1946: Se publica la Journal of Gerontology, una revista de alto impacto y la primera específica de gerontología
- 1948: Se funda en Madrid la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
- 1978: Se crea la especialidad de Medicina Geriátrica en España y se introduce la geriatría en el plan de estudios de Enfermería
- 1987: Se funda la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica
1.9 SIGLO XXI
La entrada del nuevo milenio destaca por el envejecimiento progresivo de la población. También cobra importancia la ley de la dependencia 39/2006, el desarrollo de nuevos modelos residenciales, las tensiones sobre la capacidad de financiación del sistema público de pensiones y la crisis sanitaria de la Covid-19.
Además, desde finales del siglo XX se llevan a cabo políticas nacionales e internacionales sobre la salud y protección de los mayores.
El hito más destacado para la enfermería española es la creación de la especialidad en Enfermería Geriátrica en el año 2009 y su incorporación al sistema EIR.
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