Tema 4. Herramientas para la gestión del paciente.


2. REGISTROS

Imagina que quieres conocer cuantos incidentes o eventos adversos suceden en tu unidad de enfermería, la observación directa del trabajo diario te puede ofrecer una estimación parcial de los mismos, pero no será la cifra que buscas.

Decides entonces recopilar los números de historia de los pacientes ingresados en una semana anterior y junto con otras dos compañeras, revisas todos los registros de cada episodio. Te llama la atención que mientras tú has considerado como incidente de seguridad la realización de una radiografía de cadera no prevista en un paciente ingresado por neumonía, tus compañeras no lo hicieran. También te percatas de que no todo queda tan bien registrado como sería deseable.

La revisión de las historias clínicas como herramienta de detección en seguridad del paciente tiene su momento de referencia con el Estudio de Harvard. Se trata de un trabajo costoso en tiempo y recursos que ofrece resultados variables debidos a las diferencias entre los revisores que ponen en duda su fiabilidad.

Piensas que tal vez podáis elaborar una parrilla de elementos a comprobar en un número acotado de documentos (Informes de alta médico y de cuidados, registro de tratamiento, registro de pruebas e interconsultas, registro de cuidados (vías, piel, continencia, etc.). Por la experiencia anterior sabes que algunos eventos adversos no quedan registrados como tales sino que se pueden deducir por las ‘pistas’ que dejan y decidís incluir algunas de las que ya averiguasteis en esa parrilla.

Aun así, la revisión de todas las historias es un trabajo arduo que requiere mucho tiempo y por lo visto, un entrenamiento a conciencia. “Tal vez, un programa informático aplicado a un sistema de historia clínica electrónica…” Aun así, el conocer la cifra de incidentes ¿qué te aporta para poder evitarlos?

Múltiples sistemas se han creado tratando de estandarizar y simplificar el cribado de los documentos y registros buscando elementos significativos que indicasen posibles eventos adversos o incidentes. Estos sistemas centrados en registros que son aplicables a documentos físicos o sistemas informáticos y que pueden ser manuales o automatizados, abarcan la comprobación de los diagnósticos, tratamientos, intervenciones, pruebas e interacciones de profesionales registrados en la historia clínica y otros conforme a algoritmos o elementos críticos (pistas o “trigger”).

Algunos ejemplos de estos sistemas son el Global Trigger Tool (GTT) del instituto para la mejora de la sanidad IHI o el Patient Safety Indicator (PSI) de la Agencia para la investigación y la calidad sanitaria AHRQ. Su uso requiere recursos humanos y técnicos de forma intensiva y sus resultados, aunque ofrecen cifras globales fiables para conocer la situación de una institución con buena sensibilidad y especificidad, no permiten recabar datos para un análisis de los eventos tanto de los factores que contribuyeron a su aparición, como las posibles barreras que pudieron verse comprometidas.

Alguna de tus compañeras piensa que es “demasiado trabajo” y comenta “¿Pero esto no lo hace ya alguien?”

Razón no le falta, en cierto modo los servicios de control de infecciones, epidemiología o medicina preventiva, llevan tiempo realizando controles en las historias clínicas que sirven para detectar eventos adversos o como indicador de los mismos. El más destacado sin duda es el Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE), que pese a ser un estudio transversal, proporciona información sobre diversos eventos adversos como úlceras por presión, infección urinaria debida a sondaje, flebitis, etc. y dado que se lleva realizando desde 1990 con una metodología constante podría usarse como “indicador de base” en esos eventos.

En algunos entornos de gestión, sobre todo extranjeros, se obtiene una cifra aproximada de la tasa de eventos adversos, en base al conjunto mínimo de datos administrativos que los proveedores proporcionan a las aseguradoras. También es común en esos entornos, usar el índice de litigios respecto a problemas específicos de seguridad del paciente, como por ejemplo respecto a canalización de vías periféricas y arteriales.